lunes, 8 de septiembre de 2014

No puedo evitar el DOLOR, pero si el SUFRIMIENTO

Hay una frase que utilizo muy a menudo en mis terapias para explicar a mis pacientes la importancia de saber delimitar nuestras reacciones emocionales y así poder manejarlas adecuadamente.

"No podemos evitar el dolor, pero si podemos evitar el sufrimiento"


Desde nuestra más tierna infancia nos enseñan a huir del dolor y al no conseguirlo nos causa sufrimiento. Creo que es la explicación más clara que puedo dar a todas las personas que me preguntan en que se diferencian los dos sustantivos antes nombrados. 

La mayoría de las personas huyen de todo aquello que le cause malestar, desarrollamos conductas de huida y rechazo a todo aquello que puede provocar una sensación diferente a la normalidad. Pero dentro de la normalidad también hay dolor. Es una sensación natural que solemos rechazar. Cuando hablo de natural es lo que debemos sentir en ciertos momentos según nuestros valores, a lo que estamos acostumbrados y a lo que nos hemos enfrentado antes. 

Un ejemplo básico: 

Ana tiene miedo a los sitios cerrados, desde muy pequeña ha tenido miedo a todos aquellos sitios que tenían un espacio minúsculo. Con el tiempo y tras no enfrentarse a muchas situaciones incomodas que le causen malestar ha generado una fobia a montarse en ascensores. Cuando le pregunto si alguna vez se ha quedado encerrada en uno de ellos, ella me dice que no, pero solo la idea de verse allí mentida le causa ansiedad. 

Es muy probable que de pequeña, por evitar el dolor y malestar de enfrentarse a sus miedos NO SE ENFRENTARA A ELLOS, con el tiempo y cada vez que lo evita se suma una porción de sufrimiento y ansiedad a su mochila de fobias.

Ahora bien, ¿Quien no ha sufrido cierto malestar al estar dentro de un habitáculo pequeño? ¿Quien no ha sentido cierta ansiedad al montarse en un avión y que genere algo de ansiedad? ¿Quien no ha sentido cierta claustrofobia al quedarse encerrado en un baño y ha zarandeado la puerta aun sabiendo que pronto alguien lo iba a escuchar ya que era un baño público?

La única manera de que ese malestar (a veces pequeño , otras veces mayor, dependiendo de tus ideas previas y carácter) se diluya es ir enfrentándose a él, a veces no se va nunca, simplemente hay que aceptarlo sabiendo que es necesario y NORMAL. 

Podría tener una gran cantidad de ejemplos sobre como la gente no quiere enfrentarse al malestar. 

Uno muy normal es el de Javier. Un adolescente que acaba de sufrir su primer desamor y que llora desconsoladamente porque su novia lo ha dejado. ¿No creéis que ese dolor es necesario para madurar en las relaciones personales? Todos hemos sufrido algún desamor y la manera de enfrentarlo es una de las grandes lecciones de vida. Pero hay personas que evitan el dolor y eso les provoca sufrimiento. 

Mi trabajo es ayudarte a gestionar tus emociones que están provocando sufrimiento, pero como psicóloga no puedo quitarte el dolor: el dolor de un desamor, de una muerte de un familiar, el malestar de una preocupación, la ansiedad ante un peligro...

Desde nuestra más tierna infancia nos enseñan a que hay que conseguir la felicidad, que tenemos que sentirnos completos a través del amor, la familia, el trabajo y la comunidad. Pero se olvidan que dentro de toda esta vida también hay dolor, a veces inmenso y hay que aceptarlo, aprender a vivir con él y saber gestionarlo adecuadamente sin que se convierta en sufrimiento.  

No puedo evitarte el dolor, si tuviera la formula te lo diría, te la regalaría. Solo puedo ayudarte a enfrentarte al sufrimiento.  


1 comentario:

  1. Muchas gracias por tus lindos consejos amiga...todos llevamos esa mochila de fobias encima y la ayuda siempre nos da calidad de vida :) besos!!

    ResponderEliminar