A veces no me entiendo, pero creo que soy como la mayoría de
las personas que habitan este planeta. No me entiendo por muchas razones, pero
creo que forma parte de la cultura que nos han transmitido y de la propia forma
de ser de cada uno. En este mundo, al menos el que yo conozco, se valora la
perfección, el triunfo y el dinero. Aunque suene duro decirlo en muchas
ocasiones si no eres, no triunfas.
En mi caminar a lo largo de estos años como psicóloga he
descubierto muchas situaciones que hacen que contradiga todo lo anterior
expuesto. He conocido tantas y tantas personas que su lucha diaria no tiene
nada de perfecto, de triunfo o de monetario. Podría contar mil anécdotas, entre
ellas mujeres y hombres que han pasado por enfermedades y las han salvado,
personas que quieren ser mejor personas, grupos
que quieren reír y solamente reír, gente que trabaja para llevar comida
y seguridad a su casa, padres de niños con dificultades que dicha dificultad
les han hecho ser mejor personas y valorar cosas que pocos pueden. El triunfo
de sus vidas es seguir viviendo con dignidad y con capacidad, con humildad y
con corazón.
He cometido muchos errores en mi vida, y los he intentado
solventar de la mejor manera posible, he luchado contra mi misma y sigo
haciéndolo. Cambiar mis prioridades es mi meta, no porque las actuales sean
malas sino que hacen que sea más limitada.
Me he encontrado en estos últimos tiempos con ciertas
murallas que solo y únicamente me las he puesto yo. Y es difícil dar
responsabilidades a uno mismo cuando solo quiere ser mejor y no piensa en lo
que es peor. Agradezco profundamente los palos que me da la vida, porque hacen
que no me achique y salga adelante, de una u otra manera, y espero que
reaccione así a todos los palos que me siga dando esta amada vida que tengo.
Si tuviera que elegir entre tener o no tener dificultades en
esta vida, elegiría tenerlas, porque hacen que me levante con más fuerza y con
más ganas.
Nos atamos a situaciones que creemos inamovibles y no quiero
ser así, siento que así me dificulta mi crecimiento personal, voy a intentar
interiorizar que la vida no es fija, y que hoy soy así y hago esto y mañana
quizá no lo hago. Por supuesto quisiera ser Psicóloga toda mi vida, pero no se
que trabas me pondrá la vida y que situaciones viviré para que eso se mantenga
así. Prefiero vivir con la constancia de que hoy es hoy y mañana puede que todo
cambie y para ello quiero estar preparada mentalmente, las cosas no son fijas
ni por mucho que yo quiera intentarlo ni por mucho que la vida me lo plantee así.
No quiero dar ejemplo ni predicar, solo quiero hacer ver que
la vida, aunque complicada y a veces incomprensible siempre nos sitúa en medio
de encrucijadas y tú debes de elegir por que camino seguir, si te mantienes inmóvil
lo más seguro es que no seas feliz.
A pesar de los palos que me da la vida, siento profundamente
la necesidad de cambiar, y de tener mejor vida, no externamente sino
internamente. No voy a soñar ni a imaginar, sino voy hacerme partícipe de esos
cambios y contemplarlos desde el
protagonismo que la vida me ofrece.
Me plateo muchas cosas, pero la primera es saber que hoy lo
que hago no es para siempre, y que mañana puede que mi vida sea diferente. Por
tanto, llenemos de cartuchos las ideas de mi cabeza y rompamos lo estático para
llegar a ser al menos mejor persona, mejor mujer, mejor profesional allá donde
vaya. Trabajo difícil pero seguro que enriquecedor. No me achico ante los
problemas sino que me crezco como árbol cuando lo riegan. Dicho árbol tendrá un
tronco fuerte si es regado con frecuencia y sabiendo que el tiempo puede
cambiar pero que sus raíces están llenas de vida.
Un abrazo
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